sábado, 15 de enero de 2011

Todos conocían ese sentimiento, bueno, todos menos yo.

Yo jamás había sentido dolor en cada minúscula partícula de mi ser, nunca en la vida había deseado desaparecer en una nube de polvo o ser absorbida por el resto del mundo.
Habían aniquilado a mis mariposas, y yo me empeñaba en hacerlas vivir aun sabiendo que no eran mas que cadáveres, pequeños trozos de materia inerte que un día fueron toda mi felicidad.

Su mano sobre la mía era lo único que me quedaba, su sonrisa sincera y sus ojos, que mentían mas de lo que mi mente podía entender. Ya no había besos, no había ático, ni olor a café recién hecho al despertarme sin sentirle cerca. Ya no había cachorro correteando por el pasillo ni cortinas blancas meciéndose con la brisa veraniega. El sol ya no brillaba mas para nosotros, ahora las nubes nos cubrían por separado.

Y aunque no me soltase, yo le había dejado ir. Nunca entendió que le quería. Le quería por que creo que el entendía como era, por que podía contarle lo que a nadie podía, por que sentía que mi vida comenzaba a cobrar sentido a su lado después de años estando vacía. Le quiero por que me gustaría decirle adiós a la soledad, que tanto tiempo me ha acompañado.

Aunque cada día me empeño mas en pensar que habrá mas como tu, que no eras quien yo creía, quien esperaba. Que no ibas a ser la persona con la que acabase mi mundo. Que no me enamoré de ti, si no de un futuro contigo. 



PinkMyself