Oh, la pequeña Lucia, joven e ingenua, aparentemente. Fiera como la luna en las noches mas brillantes en realidad. Inocente ante la gente pero con malos pensamientos en su cabecita.
En primero de bachillerato, y ya no le quedan cosas por vivir. Ha hecho todo tan rapido, que lo unico que tiene ahora es una pila de libros que no comprende y litros de café que la mantienen desperta, pero como en trance.
Tan vacia de sentimientos que hay dias en los que pienso si se podria ver a traves de ella, su cuerpo parece tan etéreo. Su piel blanquecina me recuerda a las muñecas que mi abuela tiene en una estanteria. Nunca me deja tocarlas, son antiguas, de porcelana fina, se rompen con mirarlas.
Solo ella sabe como usar todo eso, como jugar a juegos de mayores sin que nadie se de cuenta.
Sale los viernes, los sabados,y no vuelve a casa hasta el domingo, sabiendo que nadie la echará de menos. Duerme en casa de ellos, de los cuales no recuerda el nombre cuando se despierta malamente arropada en sus camas,sin saber exactamente lo sucedido la noche anterior. Sencillamente, prefiere no recordar.
Se levanta y sale rapido de sus casas, rezando para que no se despierten. Desayuna en la primera cafeteria que encuentra, siempre café solo con una napolitana.
Es triste tu vida Luciita, pero no deja de ser tuya, y no mia.
Pinkmyself
lunes, 26 de octubre de 2009
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2 comentarios:
Simplemente genial, que quieres que diga...
Me gusta.
Me gusta que te guste Pedro, seguiré enseñadote a Lucia, si quieres conocerla :)
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